Desde hace algunos años, hemos vuelto a comercializar nuestros productos en el mercado peruano, a través de los proyectos de decoración de hoteles y la venta de artesanía y arte popular peruano como regalos empresariales.  Pero a pesar de estos esfuerzos por promover nuestra cultura y difundirla de esta manera en el mercado doméstico, por ahora el mercado idóneo sigue siendo el internacional, por ello prácticamente nuestra única actividad económica durante los últimos 25 años ha sido la exportación de artesanía peruana de diseño.

Sigue siendo retante y difícil venderle lo nuestro al propio Perú. Competimos con distintos paradigmas instaurados en la sociedad peruana, y que ante oportunidades y proyectos exitosos en los que participamos, poco a poco nuestra labor de difusión y comercialización se fortalece y se posiciona en nuestro propio país.

Necesitamos que los nuevos peruanos valoren más nuestra cultura, no se olviden de su identidad y enriquezcan su estilo de vida con objetos que tengan una historia que contar, o una fuerte dosis de identidad peruana, en su diseño u origen. 

También es bien importante que las nuevas generaciones de las familias artesanas apuesten y lleven a un nivel superior lo que con tanto esfuerzo lograron construir sus padres y abuelos. Las oportunidades están en la medida que aprovechen toda ventana de aprendizaje que se les presente, y sobre todo rentabilicen el acceso tan fácil que existe hoy hacia las nuevas tecnologías e información.  Haciendo esa diferencia, oportunidades nuevas aparecerán y la continuidad y vigencia de su legado familiar se fortalecerá.

No nos olvidemos que el éxito de nuestra gastronomía se sostiene, desde mi punto de vista, en 3 pilares muy importantes: el sentido de pertenencia de los peruanos hacia su comida, la diversidad de recursos naturales que posee nuestro país y las diferentes culturas que existen en nuestro territorio, ya sean autóctonas o foráneas.  Considero que nuestra artesanía tiene todo el potencial de estar al mismo nivel que nuestra comida, solo falta que el pilar del sentido de pertenencia, cale en la vida de los peruanos como lo ha hecho nuestra gastronomía, pero en todos los niveles, la sociedad, las autoridades y los colegios, institutos y universidades.

Para continuar llevando el nombre del Perú a todo el mundo, primero los peruanos tenemos que valorar lo nuestro, para que después el mundo lo valore.  Junto con la innovación, está el camino asegurado.

Por: Rubén Berrocal Ruiz

Leyenda foto:

Espejo en vidrio pintado tradicional, decorando un baño en la ciudad de Filadelfia, EEUU.